Aprovechando el dia de viento sur que está haciendo hoy, he comenzado a quemar en pequeñas piras, la madera cortada en la poda. Creo que han sido seis o siete carros de ramas las que he quemado: resta aún mucha terea. Y previendo que se acerca ya el descenso de temperatura y la lluvia, he cortado los últimos racimos de uva. En este caso se trata de la uva negra. No creo haber cuidado mucho las parras y la cosecha es muy pequeña. Pero muy sabrosa. Las uvas negras están muy dulces y son muy agradables de comer pues no tienen piel gruesa. La uva blanca (moscatel) se recogió hace ya un tiempo. También fué escasa pero de buen sabor y atractiva presencia. Con esta pequeña vendimia, solo me queda por recoger las mazanas, de las que hablaré otro día.