Ayer por la tarde se levantó un viento muy fuerte ya anunciado. La huerta no se vió muy afectada (los tomates ya con cierta altura estaban sujetos a las varas de soporte y resistieron muy bien). Sin embargo, los árboles se han visto muy afectados. De manera especial, los avellanos. Ya al atardecer, pude apreciar el enorme impacto del viento en los avellanos. El suelo estaba cubierto de ramitas con las avellanas. He recogido dos calderos grandes con peras y nueces, caidas. Sin embargo, considero que es un daño menor. Las avellanas, venian muy bien y yo preveia una cosecha "excelente". Creo que se ha perdido la mitad, o casi. Muy pronto, por la mañana con la segadora, he recogido todo lo que el viento ha tirado. No soportaba ver el espectáculo. A la izquierda se ve un puñado de las avellanas tiradas. Grandes, sanas y hermosas pero aún sin hacer. A la derecha se puede ver una avellana, partida por la mitad por el cortacesped. En el centro se puede apreciar la avellana, aún pequeña, muy tierna y en estado lechoso. No se pueden aprovechar y hay que tirarlas todas. En medio del desastre, una satisfacción. No se aprecia la presencia del gusanito (capsocara), lo que indica que en esta ocasión he aplicado bien el tratamiento. No obstante, creo que aún quedan bastantes avellanas, y que la cosecha de nueces y peras continúa siendo muy favorable. Dios, dicen, aprieta pero no ahoga.
El otro día, Carmen, me ha dado esta pieza de carne (codillo) que se ve a la izquierda. Las compra en Ikea, las congela y las va comiendo con Roberto cuando desean. Una vez descongelada, yo la he calentada en el horno. Simplemente es calentarla, pues ya está preparada y asada. No hay que sazonarla pues ya viene totalmente hecha. Es una pieza para dos personas y en mi caso, para dos veces. Hoy he comido la parte que se ve en la foto inferior. Mañana, 2ª parte. Este plato le acompaño con ensalada de tomate. El aspecto es muy bueno y está muy bien cocinado tanto en el sabor como en el punto. La verdad es que es un acierto.. No me importaría tener alguna pieza más en el congelador. Me dispongo a sentarme y leer algo, cuando por la radio se cuenta cómo se está desarrollando la marcha de la Diada en Barcelona. Para poner una música que sintonize con este acontecimiento, voy a escuhcar a Los Relmapagos. Volveré a escuchar canciones como Nit de Llampecs o La Santa Espina, cancio
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