Se acerca el otoño y la naturaleza parece mostrar su mejor cara a través de sus productos. Hoy he recogido unas guindillas espectaculares en su color. Siempre hago semillero de este tipo de guindilla, muy largas y delgadas, que ya secas la guardo en un recipiente de cristal. Generalmente no suelo cocinar con ellas (prefiero otras guindillas pequeñitas) pero me gusta verlas durante el año en su recipiente. Ahora mismo, da gusto verlas por su color tán intenso.
El otro día, Carmen, me ha dado esta pieza de carne (codillo) que se ve a la izquierda. Las compra en Ikea, las congela y las va comiendo con Roberto cuando desean. Una vez descongelada, yo la he calentada en el horno. Simplemente es calentarla, pues ya está preparada y asada. No hay que sazonarla pues ya viene totalmente hecha. Es una pieza para dos personas y en mi caso, para dos veces. Hoy he comido la parte que se ve en la foto inferior. Mañana, 2ª parte. Este plato le acompaño con ensalada de tomate. El aspecto es muy bueno y está muy bien cocinado tanto en el sabor como en el punto. La verdad es que es un acierto.. No me importaría tener alguna pieza más en el congelador. Me dispongo a sentarme y leer algo, cuando por la radio se cuenta cómo se está desarrollando la marcha de la Diada en Barcelona. Para poner una música que sintonize con este acontecimiento, voy a escuhcar a Los Relmapagos. Volveré a escuchar canciones como Nit de Llampecs o La Santa Espina, cancio
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