Esta semana he comprado el libro que se ve a la izquierda. Su autor, Alvarez Junco, es una garantia de que se va a poder leer algo muy interesante. Esta certeza, cuando se trata de "naciones y nacionalismos", es absolutamente necesaria. Como sobre mi mesa tengo siempre varios libros abiertos, un nuevo libro está sobre ella varios días. Le veo y me voy familiarizando, como un alimento que se te ofrece para ir abriendo el apetito. Incluso, antes de iniciar su lectura, miro la introducción. En algunas ocasiones, las dedicatorias son muy ilustrativas. En este caso son definitivas. Son dos. La primera, dice así: "Las diversas religiones...eran consideradas por el pueblo como verdaderas, por el filósofo como falsas y por el político como útiles". Se refieren a Roma. La segunda es de Caro Baroja. "El historiador sabe que la tradicción es la historia falsificada y adulterada. Pero el político no lo sabe o no quiere saberlo, sino que inventa una tradicción". Con esta advertencia, solo queda leerlo y con mucho interés.
Al tiempo que espero iniciar una nueva lectura, estoy finalizando otra. Es el libro de Jane Goodall. Una maravilla por su sencillez y por la labor que esta mujer ha desarrollado y aún desarrolla. Son libros que dejan huella. Todo lo contrario de lo que siento con la lectura del último libro de Julia Navarro. "Historia de un canalla" me está resultando una penitencia. Ni me gusta el tema ni me gusta la manera como está escrito. Así que en algún momento me paso un montón de páginas sin leer: no espero nada interesante de lo que voy a leer. Pero el libro tiene mas de 850 páginas y aún no he llegado a las 200. Leer detenidamente cada página me provoca desgana e incluso rechazo. Así pues, abrevio, sobre todo cuando sobre la mesa tienes algunos libros mas atractivos e interesantes. Hace poco he acabado un libro muy interesante, "La tierra que pisamos" y la biografia de Humboldt. Las comparaciones son inevitables. Intentaré finalizarle con la ayuda de "rápidos avances".
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