Ayer comentaba que habiamos, Miguel y yo, cortado una rama muy gruesa de un avellano que el viento habia quebrado. Por la fotos se puede apreciar el grosor del tronco. Cuando se toca la superficie blanca de lo que se ha cortado, el dedo se hunde como si fuera una esponga. Es el efecto de la enfermedad, fitophtora, y la llamo enfermedad silenciosa pues la percibes cuando algunas ramas pierden las hojas y comienza a secarse.
Abajo se pueden ver partes del tronco que esán amontonadas en una esquina para que Eva pueda llevarselas a su casa. Ella tiene chimenea y esta leña en invierno, ya seca, la viene muy bien pues la utiliza. Feliz día de reflexión.
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