Hoy por la mañana al abrir mi blog y ver a Benja con esa imagen perturbadora a su lado y ver la foto de una serie de "señoras" ricamente sentadas y tan alegres esperando comer, decidí que habia que pasar página. Asi que a primera hora esta tarde he terminado de lavar los caracoles. Una parte está congelada, esperando la Navidad (es plato típico en mi casa) y otra parte, menor, la he preparado para comer en estos dias. La foto de la izquierda muestra los caracoles ya limpios y cocidos: incluso así, son bonitos.
Al atardecer, he preparado los que voy a comer en los dias siguientes. Ya están cocinados y vovlerán a ser calentados en los dos dias siguientes, para ser comidos el viernes: en ese momento todo el sabor de la salsa ha penetrado en el interior de los caracoles y adquieren su mejor sabor. El otro dia lavé la caracolera y ya está preparada para recibir nuevos inquilinos. Si llueve, por la mañana, muy pronto, recogo cada día unos pocos y les voy alimentando para que pùedan subsistir. Cuando haya pasado un mes y si hy bastantes caracoles recogidos, vuelvo a repetir esta operación. ¡Como cambia el aspecto del caracol con "salsa" o sin ella!.
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