Este año con las frecuentes lluvias, los caracoles han sido muy abundantes. Durante muchos, una vez desayunado, salia a recoger algunos caracoles. Se trataba de pocas cantidades (una docena y media), que se juntaban en la caracolera. Aqui tienen comida y agua siempre. Pasado un tiempo (mes y medio, aproximadamente), los sacaba. Se limpiaban y se cocian. Una parte está congelada y con otra, me preparaba una comidita para dos o tres días. Esta operación la he realizado en tres ocasiones. Así que tengo ya tres bolsas de caracoles en el congelador.
En mi casa, siempre ha sido una costumbre comer caracoles en Navidad. Sin ellos, no había Navidad. Yo conservo esa costumbre. Arriba se ven los caracoles ya limpios pero no cocinados. Abajo, ya están listos para ser comidos. Acabo de hacerlos, pero comenzaré a comerles el viernes. El jueves les vuelvo a calentar pero no comer. El caracol está mejor después de dos o tres días. Otro comentario, el color es fruto del chorizo triturado y de la pulpa de pimiento chorizero. Una buena imagen ayuda a tener mas apetito. Salud.
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