Después de varios dias cuidando de mi madre, hoy he recuperado una cierta cotidianeidad. He visitado a mi madre, ya en la residencia, y hemos realizado los paseos que hacemos todos los dias. La gustan y la tranquilizan. Esta tarde la he dedicado a realizar tareas en la huerta, que además de gustarme, igualmente me tranquilizan. He visto que las plantas de topmate y pimientos en el invernadero, se desarrollan muy bien, quelas habas están repletas de flores, que los guisantes progresan muy adecuadamente y las lechugas. He colocado ya el emparrado de las frambuesas para que trepen y obtener una exc elente cosecha.
Sigo escuchando las noticias sobre los refugiados asirios y veo algunas imágenes. Veo las condiciones en las que están viviendo esta gente y no evito sentir desconcierto y rabia. Por la radio se comenta que hoy está lloviendo cosntantemente y hace frio. Veo los resultados electorales en algunas zonas en Alemania y me pregunto donde está la gente con cultura, sentido religioso profundo y solidaria. Parece que tiene poco sentido reclamar la solidaridad con la gente menos protegida. Es hora de mantenerse firme en la convicción de pertener a una cierta comunidad que es la de la humanidad. Así pues continuaré leyendo a estos grandes exploradores que a fuerza de viajar llegaron comprender lo que es la vida en cualquiera de sus formas, quererla y defenderla. Amén (que significa, que así sea).
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