Esta mañana Aurora ha visitado a mi madre y me ha dado este hermoso pan. No es un pan cualquiera: está hecho por ella. Hace unos días ya me dió otro ejemplar. No solo tiene una hermosa presencia sino que es sabroso y se come muy bien. Se envuelve en una tela o se mete en una bolsa de del mismo material y se mantiene en buenas condiciones durante varios días. Aunque no rezo mucho, sucede que en ocasiones, el día trae un pan y es de agradecer sobre todo si es así de excelente. Por eso se inmortaliza con esta foto.
Aqui estan unos ejemplares de peras y manzanas, con los que se efectúa el intercambio. También tienen una excelente presencia y sabor. No son artesanales como el pan de Aurora, que lo ha hecho ella, pero lo son por el cuidado que durante meses presto a los árboles y a sus productos. Ni el pan se hace solo, ni esta fruta presenta este aspecto sin ayuda. Saludos.
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