Después de mucho tiempo, he preparado el botillo del Bierzo. Lo he comido con Ciuco, Teresa, Blanca y Manolo. Este cocido berciano es plato único. Por un lado está el botillo abierto, con morcilla, chorizos y tocino. Por otro lado, están los garbanzos,, la patata y el repollo. Todo tiene un sabor profundo y un color intenso. He procurado tener vino leonés para que la comida estuviera bien asistida. El vino era de Gordaliza, un pequeño pueblo próximo a Sahagún. La comida resultó muy agradable. Se puede repetir aunque conviene dejar pasar algún tiempo. Con el tiempo, los recuerdos refuerzan los deseos.
El otro día, Carmen, me ha dado esta pieza de carne (codillo) que se ve a la izquierda. Las compra en Ikea, las congela y las va comiendo con Roberto cuando desean. Una vez descongelada, yo la he calentada en el horno. Simplemente es calentarla, pues ya está preparada y asada. No hay que sazonarla pues ya viene totalmente hecha. Es una pieza para dos personas y en mi caso, para dos veces. Hoy he comido la parte que se ve en la foto inferior. Mañana, 2ª parte. Este plato le acompaño con ensalada de tomate. El aspecto es muy bueno y está muy bien cocinado tanto en el sabor como en el punto. La verdad es que es un acierto.. No me importaría tener alguna pieza más en el congelador. Me dispongo a sentarme y leer algo, cuando por la radio se cuenta cómo se está desarrollando la marcha de la Diada en Barcelona. Para poner una música que sintonize con este acontecimiento, voy a escuhcar a Los Relmapagos. Volveré a escuchar canciones como Nit de Llampecs o La Santa Espina, cancio
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