Parece que el invierno setá llegando por aquí. Si bien la residencia donde está mi madre, mantiene una temperatura cálida y permanente en el interior, los casi ya cien años suponen una gran vulnerabilidad. El decaimiento se ha acentuado en estas últimas semanas. La he comprado una toquilla (prenda muy caliente y útil para personas mayores) y he aprovechado la ocasión para hacerla alguna foto nueva. Desde hace días no logro entender nada de lo que dice y permanece casi todo el tiempo callada pues la cuesta mucho hablar. Ayer, por primera vez, se dormía estando conmigo. Su deseo es volver a "casa" y descansar. Reduzco el tiempo de visita por esos motivos. He pedido que la examinen por si tiene catarro y se puede hacer algo. Ya veremos como evoluciona.